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Fallas en medicina estética.

"En el mundo actual, se está invirtiendo cinco veces más en medicamentos para la virilidad masculina y silicona para mujeres, que en la cura del Alzheimer. De aquí a algunos años, tendremos viejas de tetas grandes y viejos con pene duro, pero ninguno de ellos se acordará para qué sirve"

Adaptación de la frase del Dr. Drauzio Varella. Premio Nobel de Medicina.

La búsqueda de la belleza siempre ha acompañado al ser humano; en el antiguo Egipto la reina Nefertiti era considerada una modelo de belleza femenina por sus pómulos prominentes y una cara finamente perfilada. Por su parte, Cleopatra utilizaba diferentes extractos naturales para la creación de mascarillas que le permitieran cubrir imperfecciones, oscurecer sus párpados, pintar sus labios y otros para darle luminosidad a su rostro y cuerpo; sin embargo, los estándares de belleza han variado a lo largo del tiempo. Durante el renacimiento, artistas como Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel y Donatello plasmaron a través de diferentes obras de arte a mujeres con corcel, faldas largas y anchas hechos de seda, terciopelo y brocados con hilos de oro. En la actualidad, los estándares de belleza antiguos serían considerados una ridiculez, fuera de moda y antiestéticas, debido a que nos hemos acostumbrado a ver mujeres voluptuosas con prendas de vestir que cubren una menor superficie corporal y hombres musculosos con prendas ajustadas a su corporalidad.

En paralelo con las variaciones de los estándares de belleza, los avances en medicina han permitido el acceso a procedimientos cada vez más invasivos al cuerpo humano con modificaciones corporales más radicales. Esto en la búsqueda de lograr una satisfacción estética de la persona a través de rellenos corporales siliconados o de su propio tejido, o la reconstrucción corporal y funcional de segmentos que se creían perdidos por diferentes eventos, como la primera guerra mundial; que generó un incremento de lesiones faciales drásticas, con el requerimiento de intervenciones quirúrgicas de mayor complejidad estética y reconstructiva, siendo el Dr. Harold Gillies el primer creador de métodos de cirugía reconstructiva que marcó el inicio de la cirugía plástica, estética y reconstructiva que se conoce hoy en día.

En Colombia, las universidades crean sus propios programas formativos de posgrados en medicina, uno de ellos como especialistas en cirugía plástica, estética y reconstructiva, en dónde el egresado está en la capacidad de realizar procedimientos en estas tres áreas para mejorar el estado de bienestar de una persona. Pero ¿En dónde está el problema si ya existen médicos formados para esta área? La respuesta radica en las diferentes profesiones, grados y sitios de formación nacionales e internacionales, ya que existen diplomados y cursos cortos que toman personas de diferentes áreas profesionales y no profesionales, a través de los cuales se auto adjudican de forma ilegal, la capacidad de llevar a cabo este tipo de procedimientos, e incluso médicos generales que asumen la facultad para hacer intervenciones menores y mayores sobre una persona al realizar un máster en el extranjero que nunca será homologado a un título nacional. Por otro lado, algunos médicos generales creen que por el hecho de tener años laborando en este campo, sin haber realizado o habiendo realizado algún corto grado de formación y sólo por el empirismo, están avalados, igual que un especialista, para realizar estos procedentes estéticos. Incluso, hasta han llegado a convertirse en "speakers" de laboratorios médicos, promocionando tratamientos estéticos inyectables que deberían ser aplicados por el respectivo especialista en el área.

Las leyes en Colombia sobre estas materias ya están escritas, pero la lectura e interpretación depende de la persona. El Ministerio de Salud y Protección Social a través del Registro de Talento Humano Salud - ReTHUS, es el que autoriza el ejercicio de una profesión u ocupación del área de la salud, dónde todos los profesionales que laboran en este campo a nivel público o privado deben estar inscritos con su respectiva especialidad. Del mismo modo, la Resolución 3100 de 2019 del Ministerio de Salud definen los procedimientos y condiciones de inscripción de los prestadores de servicios de salud y de habilitación de los servicios de salud, siendo más específico en su estándar de talento humano, en el que toda institución debe contar con una copia de la Resolución del ejercicio, expedido por la autoridad competente o inscripción en el ReTHUS de sus profesionales y especialistas.

Lamentablemente, los afectados por esta problemática no sólo son colombianos, muchos extranjeros vienen a Colombia a realizar "turismo estético", en dónde en un lapso corto de 30 a 60 días son valorados por la persona que realizará la intervención quirúrgica, de quien presumen es el profesional especializado, idóneo para esto y quien aparentemente utilizará los mejores insumos, en la mejor clínica, pero días más tarde son sometidos a una cirugía cuyos resultados en un alto porcentaje son infructuosos. Pero ¿A qué se debe esto? En Colombia, por su relación de costo es rentable asumir el viaje desde el extranjero a realizarse la cirugía; sin embargo, un alto porcentaje se realizan en consultorios particulares alquilados o clandestinos, sin ninguna seguridad séptica o antisepsia, por lo cual resultan víctimas lesionadas en su integridad física facial y corporal, e incluso, comprometiendo su vida en procedimientos que en su mayor parte finalizan con infecciones severas de tejidos blandos hasta estados de sepsis, o estados hipóxicos por embolismos pulmonares masivos que llevan a la muerte.

Adicional a ello, ¿Qué sucede si la intervención quirúrgica es realizada por un especialista, pero no utiliza los insumos adecuados? En agosto de este año, el presidente de Colombia Gustavo Petro sancionó la Ley 2316, a través de la cual se crea el tipo penal de lesiones personales con sustancias modelantes invasivas e inyectables no permitidas -biopolímeros-, entre otros, quien lo haga incurrirá en una pena de prisión de 32 a 150 meses; sin embargo, si es un profesional de la salud su pena se incrementará de 96 a 180 meses de prisión.

Finalmente, todos los casos de falla médica sobre cirugía plástica, estética y reconstructiva deben ser individualizados y estudiados a profundidad por profesionales expertos en medicina forense, para que mediante sus pericias establezcan los daños corporales y en conjunto con los abogados puedan establecer la viabilidad de demandar los perjuicios por vía civil, penal y administrativa...