¿Cómo las redes sociales y la desinformación alteran nuestra cotidianidad?
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"Año 1984" es una novela escrita por George Orwell que predijo una sociedad gobernada por el gran hermano que utiliza las redes digitales de comunicación para sugestionar utilizando la mentira, el odio, la polarización, el fanatismo y la violencia para lograr un estado con un partido único en pensamiento lineal, una sola religión y sin lugar a respetar la libertad ni las diferencias.
En la actualidad con la proliferación del internet y las redes sociales, la difusión de noticias falsas o confusas se han convertido en un fenómeno que atañe a toda la comunidad en general; la rapidez y facilidad con la que esta información circula en la red hace prácticamente nula la necesidad de verificar la fuente de origen confiable tomando lo que escuchan o leen como un hecho cierto, lo que en algunos usuarios puede generar confusión y hasta falsas expectativas. Es por esto que se hace indispensable fomentar la investigación o comprobación del contenido que llega a nuestras manos y dispositivos electrónicos, aprender a diferenciar que es verdad y que puede ser mentira, especialmente en el sector educativo donde no solo los estudiantes se encuentran expuestos, sino también los docentes que en algunos casos han sido víctimas de fraudes, estafas o que simplemente se encuentran a merced de creer todo lo que ven publicado en plataformas digitales como lo son Facebook, Instagram, Tik tok, cadenas de WhatsApp, entre otros.
En Colombia el internet ha generado un impacto significativo al cambiar la forma de comunicarnos e interactuar con el mundo exterior y hasta con nuestros allegados, si bien es cierto esta herramienta otorga oportunidades también presenta desafíos, pues la falta de regulación y control de lo que se difunde puede confundir e inclusive ser interpretado de una manera distinta a la pretensión inicial. Por este motivo, se precisa establecer mecanismos que filtren estos contenidos que pueden ser manipulados, pues lastimosamente la población con más edad es la principal afectada.
El estado ha sido consciente de este problema y ha establecido un marco normativo para regular la distribución de estas noticias y contenidos, el desarrollo de medios masivos de comunicación, uso responsable del internet, como se deja ver a la luz de la Constitución Política de 1991, en ella se establece claramente que la información es un derecho fundamental, pero también reconoce la necesidad de proteger la privacidad, el honor y la reputación de las personas, no obstante la reproducción y proliferación de contenidos sensacionalistas, sigue siendo de gran preocupación, sobre todo aquellos que se viralizan a través de las redes sociales, mismos que son diseñados para atrapar la atención y manipular las emociones de los lectores con el fin de generar rentabilidad ya sea económica o que son utilizados para atraer posibles clientes.
En este contexto, el Código Penal Colombiano establece la responsabilidad de quienes difundan información falsa o malintencionada, tipificando estos hechos como: injuria o calumnia; por otro lado, cuando la intención es dañar la reputación de una persona, el afectado puede demandar por los perjuicios ocasionados y adicionalmente solicitar una indemnización por daño al honor. Estas demandas van en aumento en nuestro país, debido a que no es algo que recaiga solo sobre las personas naturales sino también a instituciones, teniendo en cuenta que repercute en el ámbito penal y civil, donde las victimas pueden recurrir a los tribunales a exigir la reparación de los daños a su buen nombre o reputación lo que conlleva a una compensación económica para quienes se vean involucrados.
Seguido, en el marco legal que venimos mencionando, la Corte Constitucional ha destacado el derecho al buen nombre como un principio fundamental, incluso tratándose de figuras públicas u organizaciones; aunque las personas en posición de poder deben tolerar un mayor grado de crítica, esto no implica que tengan que ser objeto de ataques falsos y malintencionados que perjudiquen su integridad, se ha hecho énfasis en proteger tanto la libertad de expresión como el derecho al honor, reconociendo la responsabilidad de los periodistas y medios de comunicación en la difusión de información veraz y, aunque no se enfoca directamente en este tema, la Ley 1266 de 2008 (Protección de datos personales) establece medidas para proteger los datos de los ciudadanos. Por consiguiente, la difusión de información errónea que afecte a una persona puede ser considerada una vulneración de su derecho a la privacidad y al honor, especialmente si está relacionada con datos personales sensibles.
En este artículo se aborda la relación entre la difusión de noticias falsas y las redes sociales, lo que se publica en ellas, con qué intención se hace y si se tiene un objetivo con su reproducción, en otras palabras "fake news" toda vez que son informaciones falsas presentadas como noticias auténticas para desprestigiar, manipular, generar sensacionalismo, clics o vistas, también influencian a las personas para que realicen descargas de archivos infectados de virus que resultan perjudiciales para quien cae en este, como lo es el robo de información personal y financiera, sin poder hacer nada al respecto. Logrando así que en lugar de que esto contribuya al bienestar común se limiten los esfuerzos del estado en combatir esta problemática.
Por otra parte, el gremio docente se ha visto afectado por estos hechos, tal como se evidenció en el año 2024, cuando el Ministerio de Educación alertó sobre intentos de suplantación de identidad de sus funcionarios a través de ofertas de provisión de vacantes en el servicio oficial pues estas fueron difundidas a través de correos electrónicos, WhatsApp y mensajes de texto, y el ministerio exhortó a la comunidad educativa a verificar la autenticidad de dichas ofertas mediante los canales oficiales. Este caso pone de manifiesto la importancia de estar alerta ante la información errónea, y subraya la necesidad de que la comunidad educativa se forme en la detección de noticias falsas y en la denuncia de estos fraudes ante las autoridades competentes.
Aunque es responsabilidad de cada individuo la forma en como maneje su información personal y todo lo que hace en la red, a través de este artículo se extiende una invitación a toda la comunidad para estar atentos ante la propagación, difusión masiva e indiscriminada de noticias que suelen ser deliberadas, cargadas con contenidos peligrosos, manipulados, delicados como en el caso anteriormente mencionado, donde se jugó con la ilusión y oportunidad de empleo de muchos docentes en el país.
Ante esta realidad, es necesario implementar campañas de comunicación informativa que fomenten el pensamiento crítico sobre lo que vemos y escuchamos a través de las redes sociales, una alfabetización digital con el fin de contrarrestar los riesgos inminentes que las nuevas tecnologías nos puedan dejar, y se oriente a los individuos para que sean capaces de detectar la falsedad y puedan verificar las fuentes de información para evitar caer en fraudes y confusión. Por todo lo anterior, invitamos a la comunidad a ser más cuidadosos con el contenido que nos llega, actuar con mesura y no confiar en todo lo que circula en la web pues no sabemos cuándo podemos ser las próximas víctimas en esta era digital que cada vez toma más fuerza.