El acoso: un mal silencioso que empieza a hablar


En el contexto colombiano, el acoso escolar constituye un problema grave que afecta a millones de niños, niñas y adolescentes. Este fenómeno, que trasciende las fronteras del aula, tiene consecuencias devastadoras para los estudiantes, especialmente aquellos con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
os estudiantes con TDAH enfrentan ya desafíos significativos en su aprendizaje y comportamiento, y el acoso puede exacerbar estos problemas. Esta clase de violencia, a su vez, puede agravar su situación, contribuyendo a trastornos como la ansiedad, depresión, baja autoestima y, en muchos casos, abandono escolar.
A pesar del impacto social y psicológico que genera el acoso escolar, las víctimas se enfrentan a un sinfín de obstáculos cuando intentan denunciar estos casos. Dichos obstáculos son principalmente consecuencia de la falta de mecanismos efectivos de protección de los entornos protectores, como la escuela, el hogar y la normatividad que deberían ofrecer y garantizar seguridad en entornos sanos. Aunque en Colombia, existen leyes que protegen los derechos de los niños, niñas y adolescentes, la implementación efectiva de estas normas sigue siendo insuficiente. Esto se agrava cuando las víctimas son estudiantes con trastornos mentales como el TDAH, la depresión o la ansiedad para cuyos casos no hay un marco normativo claro que garantice su protección y les permita superar las barreras académicas y sociales derivadas de su condición.
Avances normativos y jurisprudenciales en Colombia
Como muestra de la búsqueda de avances normativos la Corte Constitucional en su más reciente Sentencia T-040 de 2025, genera una oportunidad para impulsar cambios estructurales dentro del sistema educativo. Ya que se requiere de manera urgente que se establezcan políticas claras que obliguen a las instituciones educativas a implementar el Plan Individual de Ajustes Razonables (PIAR) de manera efectiva. La capacitación de los docentes en estrategias pedagógicas inclusivas y el acceso a recursos especializados son aspectos clave para garantizar que los estudiantes con TDAH reciban la atención y el apoyo que necesitan. Solo así se podrá garantizar el derecho a una educación de calidad para todos los estudiantes, independientemente de sus condiciones neurobiológicas.
Esta sentencia establece la obligación de garantizar el derecho a la educación inclusiva, exigiendo a las instituciones educativas la implementación del Plan Individual de Ajustes Razonables (PIAR) para los niños, niñas o adolescentes que lo necesiten. Este plan debe ser adaptado a las necesidades específicas de los estudiantes con trastornos mentales, garantizando un entorno educativo que respete la diversidad y favorezca la integración de estos estudiantes al proceso de aprendizaje.
La implementación efectiva del PIAR representa un avance significativo en la garantía del derecho a la educación inclusiva en Colombia. Esta herramienta reconoce la importancia de adaptar los procesos educativos a las necesidades particulares de cada estudiante, permitiendo que ningún niño, niña o adolescente quede excluido del acceso a una educación de calidad. El PIAR no solo constituye una obligación legal para las instituciones educativas, sino también una oportunidad social para transformar la educación en un espacio más justo y accesible para todos.
La adecuación de materiales, metodologías y evaluaciones en el marco del PIAR no solo beneficia a los estudiantes con discapacidad o necesidades específicas, sino que también fomenta una cultura de respeto, empatía y trabajo colaborativo dentro de la comunidad escolar. La implementación del PIAR es, por tanto, un paso fundamental hacia la construcción de entornos educativos inclusivos que valoren la diversidad y promuevan el bienestar de todos los estudiantes, independientemente de sus diferencias.
La falta de formación docente y recursos adecuados
Sin embargo, uno de los mayores desafíos en la implementación efectiva de la educación inclusiva radica en la falta de formación adecuada de los docentes en estrategias pedagógicas para atender a estudiantes con TDAH. En muchos casos, los comportamientos impulsivos, la dificultad para mantener la atención y la inquietud constante de los estudiantes con TDAH son malinterpretados como falta de disciplina o desinterés por el aprendizaje. Esta visión errónea lleva a la etiqueta negativa de estos estudiantes, lo que contribuye a la frustración, baja autoestima y desmotivación escolar.
Además, la falta de recursos y la ausencia de metodologías diferenciadas dificultan la inclusión efectiva de estos estudiantes en el sistema educativo. Las instituciones educativas, a pesar de los esfuerzos individuales de algunos docentes, se encuentran limitadas en su capacidad para ofrecer un ambiente de aprendizaje adaptado a las necesidades de los estudiantes con TDAH. Esto, a su vez, afecta su rendimiento académico, limita sus oportunidades de desarrollo y aumenta las probabilidades de deserción escolar.
La relación entre: acoso escolar y salud mental en Colombia
La relación entre el acoso escolar y la salud mental no puede abordarse exclusivamente desde una perspectiva normativa. Es necesario comprenderla dentro de un contexto social más amplio en el que la cultura, las instituciones y las dinámicas de poder jueguen un papel determinante. Aunque Colombia ha avanzado en la creación de un marco legal para proteger a las víctimas de acoso escolar, la implementación efectiva de estas normas sigue enfrentando desafíos estructurales.
La persistencia del acoso escolar y su impacto directo en la salud mental de las víctimas evidencian que las leyes por sí solas no son suficientes. Se requiere un cambio cultural profundo que transforme las prácticas sociales y garantice un acceso efectivo a la justicia y a los servicios de atención psicológica. La Corte Constitucional ha reiterado la obligación del Estado de garantizar espacios educativos libres de violencia y proteger a las víctimas de acoso, pero estas decisiones deben ser respaldadas por una sociedad que rechace la impunidad y promueva una cultura de respeto y prevención.
Una oportunidad para la inclusión real
En conclusión, la Sentencia T-040 de 2025 representa una oportunidad histórica para reconocer y abordar la problemática del acoso escolar y su impacto en la salud mental de los estudiantes con TDAH. Es fundamental que el sistema educativo adopte estrategias pedagógicas inclusivas, capacite a los docentes y garantice el acceso a apoyos especializados. La escuela no debe ser un espacio de exclusión, sino un entorno que valore la diversidad y brinde oportunidades para todos los estudiantes, garantizando su desarrollo académico y emocional. Solo mediante un esfuerzo colectivo, que involucre a las instituciones educativas como un verdadero entorno protector, el Estado, las familias y la sociedad en general, se podrá garantizar que todos los niños, niñas y adolescentes tengan derecho a una educación de calidad, libre de violencia y de acoso.